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Intolerante a la mala leche...sí; a la lactosa no.

Despiertas cada día, ingresas de buen humor a las redes sociales y ¡pum! miles de mensajes negativos de todo tipo de temas. Le hablas por teléfono a tu mejor amigo para contarle tu nuevo proyecto y ¡pum! se ríe y te dice algo como "guey, estaría padre, pero no creo que estés hecho como para eso, no?" . Te desilusiona pero no importa, te metes a bañar, te arreglas, y cuando llega tu pareja le cuentas ¡con mucha emoción! esperas una plática profunda pero te topas con un "suena bien...pero oye y ¿qué vamos a cenar?" . Día con día recibimos "bromas" burlas, gente que nos ignora, que con actos GRITA que no le interesa formar parte de nuestros días. Leemos críticas hacia todo el mundo en las redes, escuchamos chismes y vamos por la vida normalizando, queriendo ser adaptados. A costa de nuestra propia autoconfianza. Permitiendo que los sueños se esfumen y la vida se nos vaya.


¿De verdad nos está tocando vivir en esta época y aquí?, pues...básicamente sí. Y lo peor es que no sólo nos lo hacen, sino que en ese proceso de "adaptación" hemos también normalizado lastimar, reírnos de los demás. ¿Te has puesto a pensar cuánto daño haces con ello y cuánto daño te haces a ti? . No es divertido, no es saludable. Es sólo una muestra de nuestras propias carencias e inseguridades. ¿Duele que lo diga así? pues así es.


La realidad es que todos quienes nos rodean tienen una serie de características de las cuales podemos aprender: todos;…aún quien menos te imaginas. La parte más bonita de esto es que entre más nos hagamos a esa idea, más trascendente será el paso de cada persona que se nos topa y por consiguiente más agradable será nuestro propio camino.


Estamos en urgencia de re aprender a observar; ahora con un ojo menos lastimoso y más empático. De poner atención a cuánta podredumbre vamos lanzando por nuestro paso, sabiendo que cada quien da lo que tiene dentro. ¿Qué traes tu?.


¡Qué te parece que a partir de ahora te declares intolerante a la mala leche! a esa gente que cegándose a los buenos puntos son capaces de únicamente encontrar los malos, pareciera que cuentan con un radar tóxico especial. Esas personas que si las analizas bien, te das cuenta de que son muy poco pro activas y altamente contaminantes. Alejarte de esas que fácilmente se esconden detrás un celular y no hacen más que juzgar, criticar y tratar de alterar a quien les rodea...incluyéndote.


Te entiendo, podría ser más difícil de lo pensado, porque es probable que esta práctica incluya a algunos que has considerado gente cercana; pero ¡enfócate! si te hacen sentir mal; no tienes por qué recibirlos en tu vida. Proponernos rechazar a partir de hoy cualquier comentario que lejos de aportar destruya, rompa sueños, posibilidades y hasta relaciones. Dejar de contribuir a eso; por ti, por tu entorno...por tus hijos.


Hoy en día ser intolerante a la lactosa, carne y ciertos alimentos está de moda, pero ser intolerante a la mala leche podría resultar aún más saludable. Hablo de simplemente retirarse de quien dañe tu organismo y tu alma. Pocas cosas hay tan tóxicas como la gente destructiva; tal vez es momento de echar un ojo a ver qué es lo que estás consumiendo en tu día a día; ¿a quién le regalas tu tiempo?, ¿a quién le estás dando el crédito de hacerte sentir menos? ¿a quién le permites convencerte de alejarte tu de ti? . Es el momento perfecto para cambiar de hábitos, y retirarse antes de resultar contaminado e incluso volverse igual. La mala leche existe, pero no es necesario que seas tú quien la consuma.


El Amor Propio puede CON TODO.


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