Desde pequeños en la cultura en la que hemos vivido y por diferentes razones y creencias se nos ha fomentado y en algunas ocasiones incluso presionado para unirnos en pareja con alguien más, formar una familia y quedarnos "hasta que la muerte nos separe". La realidad es que esa creencia es hermosa y de cuento de hadas hasta...que te topas con que tu elegido o elegida resulta ser completamente incompatible contigo, o lo era pero de repente dejó de serlo, por la razón que sea, a veces por errores cometidos que conllevan faltas al respeto y al amor; en ocasiones por el simple hecho de haber cambiado y tener otras prioridades en la vida.
No vamos a juzgar aquí si el decidir unirte a alguien con la esperanza y creencia de “hasta que la muerte los separe” es lo deseable o no; esas creencias las reservamos para cada quien. Lo que sí sería conveniente analizar es qué tan saludable o no resulta quedarse con alguien que ya nos hirió, nos faltó al respeto, o simplemente cualquiera de los dos ha demostrado de una y otra forma que ya no quiere permanecer.
Razones por las cuáles quedarse hay muchas, desde la equivocada creencia de que los hijos estarán mejor si los padres permanecen juntos, aún cuando los padres ya no compartan ni el saludo, hasta el famoso “qué dirán”. Los hijos estarán mejor cuando se desenvuelvan en un ambiente saludable, con padres juntos o separados; y el que dirán lo único que hasta el momento ha logrado es quebrar alas. Lo importante aquí no son las razones para quedarse, sino para irse y razones para irse sólo hay una, la más importante de todas: el amor y respeto a sí mismo. Pareciera egoísta, pero no lo es. El amor y respeto a uno mismo lleva como respaldo la garantía de que crearemos un mejor entorno para nosotros y quienes nos rodean.
Y es que cuando un cristal se rompe, se puede volver a unir, pero las piezas jamás embonarán de nuevo al cien por ciento. No hablo de cuando un cristal se fisura, hablo de quebrarse, estrellarse, chocar y volar en mil pedazos. ¿Te suena ese choque? aquél momento en que tenías la idea de algo, y de repente voló y tu ideal se convirtió en lo más distante a lo que fue el día que lo elegiste como “ideal”.
Será importante proteger la propia dignidad poniendo por delante el respeto, entendiendo que la que la función de éste es justo protegerla logrando bienestar, seguridad, confianza y amor. Muy distinto al temor de ser agredido por la otra persona, o el temor a quedarse solo (a).
Las razones por las cuáles las faltas de respeto y agresiones se dan son varias, pero generalmente en el común denominador encontramos una carencia de seguridad en sí mismos, tanto de quien no respeta como de quien lo tolera. Se vale pedir ayuda, se vale entender que junto con pérdida de seguridad se extravía la claridad en nuestros pensamientos y acciones.
A veces se puede estar muriendo sin darse cuenta, a veces vale más decir adiós.
Pero ¿de qué tipos de agresión hablamos?
Los tipos de agresión van desde el descalificarse, ser infiel, mentir
ignorar, agredir físicamente, agredir verbalmente, hacer sentir menos, nulificar, chantajear, manipular, hasta incluso la muerte. Y yo sé que la palabra muerte suena lejana y exagerada, sin embargo podría estar más cerca de lo que uno quisiera y se pudiera imaginar. Sobretodo si entendemos que hay dos formas de morir: físicamente y morir estando en vida, que por cierto se da en numerosas ocasiones aún sin darse cuenta. Es ésa última en donde los días pasan en soledad con compañía, sin nuevos sueños, acostumbrándose al destino que alguien más nos va trazando y lo peor de todo es que al llegar al día de la muerte física te das cuenta que llevabas muchos años agonizando, aún cuando aparentabas estar de pie.h
El problema de "hasta que la muerte los separe", es cuando se toma literal, y una de las partes ayuda a acelerar el proceso.
Hay algo en lo que coincidimos todos: este espacio y tiempo. A mí me alegra coincidir contigo, donde quiera que me estés leyendo… desde el momento en que tu te tomas el tiempo para leer esto y yo me tomé el espacio para escribirlo es que por algo nos tocó coincidir; y si así ha de ser quiero decirte que me gustaría saberte feliz, realizándote , sin ataduras con el pleno convencimiento de que el amor no tiene por qué doler, que ni la libertad tiene que ser en soledad, ni la compañía tiene que volverse una jaula. Se puede ser libre caminando con alguien que te respete. Se puede estar en paz y tranquilidad sin nadie caminando al lado, sí se puede escoger y tener lo mejor de todos los mundos. Sí se puede soltar y dejar ir a quien hiere, sí se puede abrir el vuelo cuando ya el espacio que habitas te empieza a apretar.