Tus Palabras son órdenes

Durante mucho tiempo he escuchado esa frase de “las palabras tienen poder” y uno va creciendo con esa idea a veces sin entenderlo bien ó sin darle la importancia debida. Es como las tablas de multiplicar que a veces uno se las aprendió de memoria pero nunca entendió bien el por qué. Pero creces, y vas comprendiendo que en su momento ni tú mismo supiste cómo es que se lograron, que todo lo que sucedió en TU vida fue porque así lo “comunicaste” de manera verbal, o no.
Las palabras tienen fuerza, tal vez mucho más de lo que se podría pensar. Las palabras te llenan de vida, de motivación y de esperanza ó te hunden, te cambian de rumbo y hasta ponen trampas en las que en ocasiones, sin darnos cuenta caemos.
¡Por lo anterior es de suma importancia aprender a hablar! . “Se impecable con tus palabras” es lo que dice el libro de *Los 4 Acuerdos* (Dr. Miguel Ángel Ruiz. Ediciones Urano. 1997) donde uno de los principales temas a tratar es precisamente éste.
Sin embargo en esta ocasión de manera personal puedo atreverme a asegurarlo no sólo por lo leído sino por lo experimentado en mí y lo observado a mi alrededor.
Un “qué bonita te ves” puede cambiar nuestro estado de ánimo en todo un día, o más. Un “me molesta que te vistas así” puede cambiar nuestro estilo de arreglo e incluso ¡nuestra personalidad! aún con la posibilidad de que interna y secretamente quien recibió el comentario en el fondo no hubiera querido hacerlo.
Hay frases muy comunes como: “no te voy a abandonar nunca” “te voy a querer siempre” “conmigo no vas a llorar” entre muchas otras que acaban por frustrarnos y derribarnos en un segundo al no ser cumplidas. Porque si de algo podemos estar seguros es que la condición humana tiene una preferencia notoria por creer en la palabra ajena. Lo que no estoy tan segura actualmente es en ¿cuánto se cree en la propia? .
Estamos tan acostumbrados a recibir y permear en nuestro subconsciente la palabra ajena que poco espacio le damos a la propia. Tanta “comunicación” en tantas formas nos llega a saturar de tal forma que nuestros propios pensamientos acaban por moldearse a lo que vamos escuchando (ahora ya por chat leyendo) día a día logrando en el mejor y menos peligroso caso una mezcla de ideas, en el peor de los casos se suplanta la idea propia por la de alguien más. Una vez un novio me terminó; al ir y platicarle a una amiga le decía: “él dijo que no me abandonaría y sin embargo lo hizo” y mi amiga me decía: “Si Dany, pero uno dice muchas cosas que NO son…” y yo solo pensaba en esa ocasión: “Si, pero yo le CREI”. El tema era que ya no tenía a esa persona conmigo por la razón que fuera, sin embargo mi dolor se acrecentaba aún más al saber que ya no estaba pero además que no había cumplido su palabra. Porque detrás de esa frase iban cualquier cantidad de emociones e ilusiones que por la razón que fuera ya no se cumplirían. Después de eso entendí claramente que tal vez cuando lo dijo así lo pensó e incluso sintió pero después sus pensamientos y sentimientos cambiaron, y en ningun momento planeó lastimar, simplemente no sucedió como él creía y eso también es válido. Así que aprendí a ser menos literal, aunque sea ya para la siguiente ocasión.
Una frase emitida por alguien importante para uno como: “Tu puedes hacerlo mejor” en algunas personas se vuelve la peor presión y amenaza pues quien la recibe se lo puede tomar tan literal que de no lograr el objetivo se siente internamente frustrado y fracasado tanto consigo mismo como con quien emitió esa frase.
La peor situación de no estar conscientes de la importancia y el poder de las palabras es que en numerosas ocasiones nos da por DECIR LO CONTRARIO A LO QUE REALMENTE SENTIMOS y es entonces cuando la frustración interna se hace presente y se empiezan a alimentar aquello que algunos llaman “demonios inernos”. ¿Qué pasa con esto? se vuelve una lucha constante entre lo que verdaderamente estoy sintiendo-pensando con lo que mi orgullo creyó conveniente decir o mi enojo consideró adecuado, ó con lo que mi interpretación de lo que creí que sucedería consideré correcto expresar. Y es en este caso cuando la frustración a la que solemos llamar: “mi demonio interno” nos carcome día a día llenándonos de dudas y arrepentimientos. Porque cuando nos damos cuenta y nos atrevemos a reconocerlo puede ser que la situación ya sea muy distinta y hayamos alejado ya a quien menos queríamos alejar o lastimado ya a quien interna y secretamente amábamos con todo nuestro ser.
Decirle a un niño frases como: “eres tonto” “tu no puedes llorar” “eres muy inteligente” etc. Lo pueden condicionar para tener el mayor éxito ó el peor fracaso en su vida. En el mejor de los casos en algún momento y debido a cierto instinto de rebeldía el menor podría convertirse en el opuesto, y en el peor de los caso podría creérselo y crear asi su propia condena.
El quedarse callado también lleva mucho poder, pues con esa simple “falta de acción y de discurso ” se puede dar por hecho algo que muy probablemente en el fondo ni se quería dar a entender. Frases como “perdón” “te extraño” “te quiero” “me equivoqué” entre muchas otras más día a día se evitan pronunciar y acaban por condenar bajo ese silencio y soledad a quien no se atrevió ó decidió a decirlo, desbaratando infinidad de posibilidades para ser feliz.
Al creer creas, al decir creas, al escuchar creas. Las palabras son como varitas mágicas que van construyendo ó destruyendo caminos. Son fuertes y pueden lograr en nosotros y en quienes nos rodean cambios inimaginables, es por ello que concluyo esta columna sugiriendo:
*Mantente cerca de quien te honra con sus palabras, honra tú también a quien tienes cerca.
*Disfruta de la compañia de quien SI utiliza bien el idioma, utiliza TU bien el idioma, conoce el significado y la importancia de cada vocablo y sin miedo, pero sí con respeto nombra a las cosas por su correcto significado.
*Evitemos decir algo que verdaderamente no queremos decir, así como también evitemos callar. Pero el hablar y ser honestos PARA NADA NOS DA EL DERECHO DE OFENDER. Podemos decir lo que queramos sin que sea necesario lastimar. Di solo aquello que se necesita decir para expresar lo que se siente, las palabras ofensivas NO son un adorno, en realidad son balas y no son necesarias en nuestros discursos.
*Di cosas positivas y haz cosas positivas.
Si tenemos una mente llena de discursos ofensivos, de lamentos, frases negativas y de fracaso; sería incongruente esperar que accionáramos contrario a ello, y muy difícilmente tendríamos una vida positiva y agradable.
*Si no tienes pensado jugar limpio con alguien ó en algo; evita decir cosas que no sientes pues estarías tejiendo una telaraña de ilusiones innecesarias. Así también, si te das cuenta de que SÍ quieres formar parte de la vida de algo ó alguien, ATRÉVETE y evita a toda costa callarlo. No tienes porqué privarte, sé feliz rodéandote de quien te hace feliz y ¡díselo! . Construir con amor, nunca está de más.
Por último:
Toma en cuenta que tu palabra SI IMPORTA, que día a día estás afectando de manera positiva o negativa a mucha gente que SI te escucha (o lee, por las condiciones de comunicación actual) y que para nada es opción el aprovecharse de esto. Como oyente, evita tomar todo literal y personal, pues desgraciadamente no toda la gente hace conciencia de esto e irresponsablemente, tal vez sin así quererlo van lanzando balas sin fijarse a quien hieren.No se trata de ponerse escudo y armadura, pues resultaría muy pesado cargarlo siempre, mejor rodéate de quien es honesto pero siempre cuidadoso y virtuoso en su expresión (verbal o no verbal) . Así mismo trata de serlo tú.
Di tanto de manera interna como externa TODO lo que quieres que suceda, siembra oraciones y deja que la cosecha surja pues lo creas o no “TUS PALABRAS SE VUELVEN ÓRDENES”